El flujo luminoso es el punto de partida, es el parámetro luminotécnico principal que relaciona al resto de parámetros. Este se puede definir como la medida de la potencia luminosa emitida por una fuente de luz, ajustada a la sensibilidad del ojo humano.

Su unidad de medida en el Sistema Internacional de Unidades es el lumen (lm) y se define a partir de la unidad básica candela (cd): lm= cd.sr.

El nivel de iluminación (lux) que llega a una superficie, se relaciona con los lúmenes mediante la relación lux=lm/m², sin embargo, los lúmenes a los que se refiere esta expresión, son los lúmenes efectivos que salen de la luminaria y que llegan al plano de trabajo y dependen en gran medida de la eficiencia de la luminaria y la sensibilidad del ojo humano.

El denominado Efecto Purkinje, descubierto por el investigador Austro-húngaro Johannes Evangelista Purkinje en el siglo XIX, explica cómo cambia la curva de sensibilidad del ojo respecto a la luz de día (visión fotópica) y la visión en la oscuridad (visión escotópica).

En condiciones de luz de día los colores que más se perciben, son los cálidos (amarillo, naranjas y rojos), de noche el ojo se adapta y percibe mejor (los azules, verdes y violetas). Por eso el blanco con mayor contenido de azules, se percibe más, aunque tenga menos lúmenes.

La visión mesópica es una visión intermedia, que es la que se da en situaciones de iluminación artificial. La mayoría de los escenarios nocturnos exteriores y de alumbrado público se encuentran en el rango mesópico.

La CIE (Commission Internationale de L’Eclairage) (International Commission on Ilumination), estableció en el 2010, la norma CIE TC 1-58: Visual Performance in the Mesopic Range, cual establece una relación fotópica/ escotópica como en la indicada en la figura.

El flujo luminoso estándar de una bombilla de vapor de sodio de 400W es de 48.000 lúmenes (120 lm/W), mientras que una luminaria LED de 120W y 125 lm/W, tendría unos 15.000 lúmenes.

Aplicando los factores de corrección de la relación F/E, los lúmenes equivalentes serían los siguientes:

Vapor de sodio (400W a 120 lm/W): 48.000 x 0,63 = 30.240 lúmenes equivalentes
LED (120W a 125lm/W): 15.000 x 2,25 = 33.750 lúmenes equivalentes

Es decir, que una luminaria LED de 120W y 125 lm/W, puede sustituir adecuadamente a una de luminaria de vapor de sodio de 400W.

Por esa razón es importante que los luxómetros (instrumentos de medición para medir el nivel de iluminación) vengan preparados para considerar esa relación.

Otro aspecto importante, que influye en la comparación de reemplazo, es la eficiencia de la propia luminaria.

La eficiencia de las luminarias viales de vapor de sodio, oscilan entre 0,45 y 0,85, mientras que la eficiencia de las luminarias viales LED oscilan entre 0,7 y 0,99.

Conocer esos valores nos ayudarán a encontrar el reemplazo óptimo y obtener ahorros importantes, en inversión inicial y en consumo de energía.

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